miércoles, 1 de octubre de 2025

1 2º ESO BONDAD

1.- Lee el texto y responde a las preguntas (4.2, 5.2)

 

 "El secreto del Valle"

En el corazón de un Valle, entre montañas que abrazan el cielo y ríos que susurran historias antiguas, se encuentra el pequeño pueblo de Mezquitilla. Sus casas blancas, como azucenas al sol, se apiñan en la ladera, y sus calles empedradas guardan el eco de risas y secretos. Allí vivía Claudia, una niña de 12 años que soñaba con ser guardabosques. Cada tarde, después del colegio, subía al cerro de El Almendro, donde un viejo almez solitario marcaba el límite entre el pueblo y el bosque. Era su lugar favorito para pensar.
Un día de primavera, mientras Claudia recogía flores silvestres, escuchó un quejido entre los arbustos. Siguiendo el sonido, encontró a un zorro joven, con una pata atrapada entre las ramas de un espino. Sus ojos, dorados y asustados, la miraron con desesperación. Claudia no lo pensó dos veces: con cuidado, liberó al animal y le limpió la herida con agua fresca del arroyo. El zorro, en lugar de huir, se quedó a su lado, como si supiera que ella no le haría daño.
A partir de ese día, Claudia y el zorro —al que llamó Luz— se encontraron en secreto cada tarde. Ella le llevaba trozos de pan y fruta, y él, a cambio, parecía guiarla por senderos ocultos del bosque, mostrando lugares donde crecían las moras más dulces o donde el agua de la fuente era más cristalina. Pero Claudia nunca se lo contó a nadie, ni siquiera a su abuelo, el viejo Don Ramón, que conocía cada rincón del valle.
Una tarde, mientras el sol teñía las montañas de púrpura, Claudia descubrió algo inquietante: junto al arroyo, había plásticos y latas tiradas, probablemente dejadas por algún excursionista. El corazón se le encogió. Sabía que, si no hacía nada, esos residuos podrían envenenar el agua y dañar a los animales. Sin dudarlo, recogió todo lo que pudo y lo llevó al contenedor del pueblo. Al día siguiente, volvió con una bolsa más grande y una idea: limpiar el bosque.
Poco a poco, otros niños del pueblo se unieron a ella. Primero fue Javier, su compañero de clase, luego Lucía, la hija del panadero, y finalmente, hasta los adultos empezaron a prestar atención. Don Ramón, al ver el entusiasmo de los jóvenes, les enseñó a plantar árboles en las zonas erosionadas y a construir pequeños bebederos para los pájaros. El zorro Luz, siempre cerca, parecía aprobar cada paso.
Al final del verano, el bosque alrededor de Mezquitilla estaba más limpio y vivo que nunca. Los pájaros cantaban con más fuerza, los arroyos brillaban bajo el sol, y hasta los ancianos del pueblo decían que el aire olía a tierra mojada y a esperanza. Claudia sonrió al ver cómo un pequeño gesto de bondad —salvar a un zorro— había cambiado, sin querer, a todo un pueblo.

1 Preguntas sobre el texto

-. Preguntas literales
-¿Qué tipo de residuos encontró Claudia junto al arroyo?
-¿Quién era Don Ramón y qué relación tenía con Claudia?
 

-. Preguntas inferenciales
-¿Qué valores o cualidades demuestra Claudia con sus acciones en el bosque?
-¿Por qué los adultos del pueblo terminaron uniéndose a la iniciativa de Claudia?
-¿Cómo se sintió Claudia al ver que otros niños se unían a su causa?
 

-. Preguntas valorativas
- ¿Crees que las acciones individuales, como las de Claudia, pueden generar cambios importantes en una comunidad? ¿Por qué?
- Si tú fueras Claudia, ¿qué otra acción harías para cuidar el medio ambiente en tu pueblo?
- ¿Te ha inspirado esta historia a hacer algo por tu entorno? ¿Qué?
 

-Debate: En tu opinión, ¿qué es más importante para proteger la naturaleza: las leyes o la conciencia de las personas? Justifica tu respuesta.

 

¿Recuerdas esto?











2.- Imagina que Claudia, la protagonista del texto anterior, encuentra un mensaje escrito con piedras en el Río Dúrcal, cerca de su pueblo. El mensaje dice: "¡Hola! Soy Ana, de Lecrín. Si encuentras esto, ven al mercadillo del domingo en Dúrcal. Llevaré un sombrero rojo. ¡Tenemos que salvar el río!". (2.2)

 

- Por parejas identificad los elementos de la comunicación.  

- Individual, crea tú una situación de comunicación y escribe los elementos de la comunicación de tu pareja de trabajo.

 

3.- Cread en equipo una situación de comunicación, representadla. El público deberá identificar los elementos de la comunicación. (3.2 y 4.2)

El contexto indica el grado de formalidad de la conversación. Para conocer más vamos a aprender las propiedades textuales:

Para que un texto se comporte como una unidad  de comunicación, de manera que la persona que lo recibe comprenda el significado y la intención, debe cumplir tres condiciones que  también son denominadas como propiedades del texto: la adecuación, la coherencia y la cohesión.

  • La adecuación es la propiedad que nos permite conocer si el mensaje se adecúa a las personas a quienes va dirigido y a las circunstancias en las que se emite.

Por ejemplo, no nos dirigiremos del mismo modo a nuestro hermano pequeño de 3 años, para el que emplearemos un lenguaje sencillo y fácil de entender, que en una exposición de un trabajo de clase, donde emplearemos un registro más formal, distinto al que utilizamos entre los amigos.

  • La coherencia permite que el texto esté ordenado, con sus partes relacionadas entre sí y con el tema principal.

Por ejemplo, en un texto todas sus partes están relacionadas con el tema en cuestión y cada uno de los enunciados está relacionado con los que le preceden y los que le siguen. Tampoco se contradicen y siguen un orden lógico.

  • La cohesión se manifiesta mediante una serie de mecanismos lingüísticos que permiten relacionar las diferentes partes del texto para que este sea coherente.

Por ejemplo, emplearemos conectores textuales para indicar el orden y las partes del texto (En primer lugar,  en segundo lugar, finalmente....),  para oponerse a una idea (pero, sin embargo, en cambio...); así como también evitaremos la repetición de una misma palabra en un mismo párrafo, empleando para ello sinónimos, hiperónimos y otros recursos semánticos.

 

4.- (3.1)